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Atenci​ó​n peligro

by Marta Tchai

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1.
Autoayuda 03:48
Autoayuda Estoy escribiendo un libro de autoayuda , no lo voy a publicar. Comencé en verano, di rienda al instinto, cansada ya de tanto llorar. Era una noche de luna ligera, Nueva York parecía un pueblo con mar, y en medio de aquel antro tú eras un faro venga a parpadear. Nos amamos en silencio, algo sagrado, algo por sellar. Luego te aferraste a mi vientre, como Cristo a su Piedad. Mientras yo acariciaba tu pelo, creí que me podría amarrar. Aún se cuelan entre mis piernas como antorchas tus preguntas de más. Te metí en mi cama chiquita, tocamos sus cuatro esquinas, mientras la vida como al Mar Rojo nos separaría. Te metí en mi cama chiquita, tocamos sus cuatro esquinas, mientras pensaba que tal vez tú te agobiarías. Y tal vez por eso ahora te encuentro en lo más pequeño, En las cosas más ínfimas, Ínfimas, Ínfimas, Ínfimas Ínfimas.
2.
Introducción al baile Ella trabaja en un cabaret, Él trabaja, trabaja, trabaja, Llevan horarios desencontrados, No se pueden ver. Él necesita explicar lo que ve, Lo apunta cuidadoso en un papel, Para evitar nombrarla a ella, Para evitar nombrarse a él. Ella ama el amor y lo gasta, Él ama el recuerdo de la primer vez, Pero ella no puede ser siempre La primera vez. Es la cabaretera buscando la fe. Es la cabaretera, ¿dónde está él? Ella aún le espera de pie Más triste, más torpe , más loca tal vez. Se mete en la cama pensando en el paso Que no logra aprender. Y sigue buscando nombres para él. Mientras él niega lo que fue Y ella limpia las manchas… De su mesa, su plato, su armario, y hasta sus pies. Es la Cabaretera buscando la fe. Es la Cabaretera, ¿dónde está él? Y no van a parar de bailar, no van a parar de bailar, Y no van a parar de bailar, no van a parar de bailar. “Y no voy a parar de bailar”. Bailar, bailar, bailar, bailar, bailar
3.
Como los girasoles Veo las horas pasar en la Plaza de España, girándome al sol para verme mejor, Teresa de Ávila decía: ‘Todo pasa” El día en que se hizo un poco mayor. Me tengo que frenar en esta tarde marchita, Ya no puedo ir a buscarte a tu balcón. Me tengo que frenar sin luz ni guía Y a ciegas dar con mi dirección. Fue aquí, ¿te acuerdas? En plena Gran vía, Saltaron las alarmas, nos robamos la razón, Luego fue tan difícil salir de tu cocina, Tu sofá, pasión y muerte sin resurrección. Me tengo que frenar en esta tarde marchita, Ya no puedo ir a buscarte a tu balcón. Me tengo que frenar sin luz ni guía Y a ciegas dar con mi dirección.
4.
Me gustas tú Manché de carmín tu camisa blanca, Mientras el ascensor subía a tu quinta planta. Te dije ‘tengo 32’ con el primer sol iluminándote, iluminándonos. Con tal agresividad parecía soltar: ’yo sé muy bien que alguien tiene alguna vuelta más’ Me gustas tú. Me tomé un lexatín a las 9.02 Mientras tú dormías sin agitación. El cuerpo de los dos nos dio la razón, ¿Quién está seguro con tanta protección? Tuve que bajar sin más dilación, No logré encontrarte en tu casa de la calle de la unión. Me gustas tú. Te dije adiós en aquel umbral, Con un beso mojado te volviste a excitar, Pero mi voz acelerada no quiso preguntar, voló ligera sin decir ni una palabra más… Me gustas tú.
5.
Calle Durango La calle Durando se deshace en polvo y fango, yo la observo desde la ventana, no me he querido marchar. Pero tú sí que te has ido, no eres tan distinto a mí. Tú te has ido, y era tan bonito verte sonreír. Pero venga, venga, venga, venga, venga, venga, venga, va venga, venga, venga, venga, venga, venga, venga, va El portero de este edificio en el que habito ha colocado un árbol de Navidad, He pasado más de 7 veces, no lo he querido mirar. Me voy a la playa a buscar el calor del mar, mientras tú ya vuelas hacia Berlín sin mirar atrás. Pero venga, venga, venga, venga, venga, venga, venga, va venga, venga, venga, venga, venga, venga, venga, va Veo una estrellita en el cielo de esta gran ciudad, Es mi madre que me grita: “Siento todas las heridas” venga, venga, venga, venga, venga, venga, venga, va venga, venga, venga, venga, venga, venga, venga, va
6.
Él, mariposas Hay en el camino una señal diciendo: “Atención peligro de derrumbamiento” Hay montañas de palabras sin eco, Hay besos que nacen y creciendo, Y otros que mueren al primer intento. Uh, ah. Hay un hombre asustado que no pide consejo, Hay una mujer enjaulada, ardiendo en su cuerpo. Hay cierto frío en las noches de invierno. Hay un gallo que canta porque él es el macho en el invernadero. En el invernadero. Mariposas que nunca se posan, Sabedoras de un tiempo corto, portadoras de nubes de polvo. Hay una novia que canta en su coche, A escondidas un tema de David Bowie. Hay niñas que aún esperan, que aún esperan su postre, Se nublan cada día, sin nata, sin guinda, sin gofre. Mariposas que nunca se posan, Sabedoras de un tiempo corto, portadoras de nubes de polvo. Y ahí está la culpa, siempre alerta, La misma culpa, insomne y ciega, La misma culpa en todo lo que toco, La misma culpa en todo lo que llega.
7.
Al-ándalus 03:02
Al-Andalus Me gustaría ser un poco como tú, ver lo que tú ves, buscarle a cada cosa su luz. Pasearía de la mano con los ojos cerrados, que sólo guiases tú. Ahora que han pasado más de 6 años desde aquel día… en que nos dio por besarnos En medio de la pista de baile de aquel antro. Pero si quieres que reconquistemos “Al- Andalus”, Pídemelo, porque yo no puedo permitir que no subas la cuesta por mí. Me gustaría ser un poco como tú, Saber lo que quiero comer, Ver veinte clases de azul. Me pondría cada día mis ropas más bonitas que tanto valoras tú. Ahora que nos miramos tan confiados, No como aquel día… en que nos dio por besarnos En medio de la pista de baile de aquel antro. Pero si quieres que reconquistemos ‘Al- Andalus’ Pídemelo, porque yo no puedo permitir que no subas la cuesta por mí.
8.
Discúlpame, placer Até mis brazos a una caja de madera. Me asusté de mi tacto adiestrado a no dejarse vencer. Pero discúlpame, placer, te he mentido tanto. Y no me di ni cuenta, cerraba yo todas mis puertas. En este valle de lágrimas suplico el perdón. A este cuerpecito mío que maltraté con devoción. En este valle de lágrimas suplico el perdón. Ahora te dejo entrar, no hay nada que mejorar, Los campos merecen la lluvia, nadie los juzgó jamás. Pero discúlpame, placer, me he hecho tanto daño. Y no me di ni cuenta, invisibles todas mis rejas. En este valle de lágrimas suplico el perdón. A este cuerpecito mío que maltraté con devoción. En este valle de lágrimas suplico el perdón… No más golpes. No más golpes. Soy inocente, soy inocente, soy inocente, Soy inocente, soy inocente, soy inocente.

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Publicado el 27 de septiembre de 2018

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released August 27, 2018

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Marta Tchai Spain

Ha existido siempre en la música de Marta Tchai un poso de búsqueda sonora y metafísica. A medida que han ido llegando los discos -este es el quinto- se ha exacerbado esa lucha por salirse de los patrones clásicos del pop-rock y la canción de autor, apuntalando la personalidad artística de la cantante de Badajoz. (La Luna de metrópoli de “el Mundo) ... more

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